El director español Pedro Pérez Rosado y las tres actrices protagonistas de su última película tenían, mientras hablaban este jueves pasado de Wilaya, una mezcla de euforia y sorpresa. Euforia porque acababan cinco semanas de rodaje especialmente difíciles. Wilaya se ha rodado íntegramente en los campamentos de refugiados saharauis que hay en los alrededores de Tindouf, al sur de Argelia.
"Es una película de la tercera generación, de los que nacieron aquí: protagonizada por ellos y pensada para ellos", dijo Pérez Rosado. Y sorprendidos por la expectación que, al rebufo de la VIII edición del Festival Internacional de Cine del Sáhara, que se inauguró poco después en el campamento de Dajla y que tiene a Luís Tosar y Nora Navas como invitados estelares, había levantado su película. Ninguna de las tres protagonistas de Wilaya ha trabajado antes como actriz.
Una solución urgente.
La tercera generación son los nietos de los expulsados del Sáhara Occidental tras la ocupación de sus territorios por Marruecos, nacidos en los campamentos en el sur argelino. Un lugar que parecía de paso, convertido en su único hogar desde hace treinta y cinco años. La protagonista, Nadhira Mohamed, de 22 años, es uno de esos nietos del desierto: "Hemos crecido viviendo de la ayuda humanitaria y viajando a España. Y llega un momento que quieres buscar una solución, porque no queremos envejecer aquí, no queremos pasar otros 35 años", dice Nadhira, que vive en Valencia. A los campamentos ha regresado ahora, durante el último mes y medio, para el rodaje.
Wilaya, rodada íntegramente en el campamento de Smara, busca trascender el contexto político particular: cuenta el reencuentro de dos hermanas, tras quince años separadas. Una de ellas es Mamona Mohamed, profesora de educación especial, y que interpreta a una minusválida que recibe aquí en los campamentos la visita de su hermana desde España: "No estamos hablando de lo que pasó en 1980, sino de lo que va a pasar en 2015. Me ha molado representar el futuro de mi gente", explicó.
El uso del cine como proyector de ilusiones es esencial para su generación. Aziza Brahim nació en 1976, en otro de los campamentos, y también vive en España, en León, donde lidera Gulili Mankoö, un grupo de música saharaui. "Los saharauis ya sabemos nuestro pasado, y nuestro presente, pero lo que nos interesa ahora es nuestro futuro. Queremos que se nos escuche, que podamos elegir nuestro propio futuro", zanja.
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