Los niños saharauis del proyecto «Vacaciones en paz» partieron ayer hacia África tras pasar el verano en Asturias.
Daniel Blanco. La Nueva España. 11/09/2011.
Los 326 niños saharauis que pasaron el verano en Asturias, dijeron adiós a sus familias de acogida para regresar a los campamentos del desierto africano. El emotivo adiós tuvo lugar ayer en el Centro Cívico de Los Canapés, con la esperanza -de niños y padres-, de que se traduzca en un «hasta el próximo verano». Las familias de acogida, procedentes de toda Asturias, entregaron a los pequeños alrededor de las 4 de la tarde en el centro avilesino. Allí los recogieron varios autobuses que les condujeron hacia el aeropuerto de Asturias desde el que, alrededor de las diez de la noche, partieron dos vuelos con destino Tinduf. Así finalizó la última edición del proyecto «Vacaciones en paz», que tiene el objetivo de ofrecer a los pequeños unos meses de descanso lejos de los 50 grados del desierto.
La pena por la despedida se mezclaba en los pequeños con la alegría de volver a reunirse con sus familias biológicas. «Me lo paso muy bien en Asturias, pero tengo ganas de volver porque echo un poco de menos a mis padres», reconocía Hamdi, de 9 años, que no sabía elegir lo que más le había gustado del verano. «Lo mejor ha sido todo», resumía con la alegría rebosante en el rostro.
Playa, piscina, nuevos amigos y en definitiva «pasarlo bien», era el veredicto de la mayoría de los niños saharauis. Además de la diversión, «Vacaciones en paz» pretende velar por la salud de los niños, que pasan distintos reconocimientos médicos durante su verano asturiano: adquieren gafas nuevas, van al dentista y se vacunan. «La asociación de pediatras de Asturias ha elaborado un protocolo de actuación para atender a estos niños, que tienen algunas necesidades distintas respecto a los de aquí», explicó Alberto Suárez, vicepresidente de la Asociación de amigos del pueblo saharaui de Asturias.
Además de la experiencia de vacaciones y las pilas de la salud recargadas para la dura vida del desierto, las familias de acogida llenan las maletas de sus niños con algunas artículos y productos básicos que pueden servirles a lo largo del año: comida, ropa y algún juguete hasta completar los 25 kilos por persona que les permiten enviar. «Solemos recomendar a las familias que les metan ropa de abrigo, porque las noches en el desierto son muy frías y es una de sus mayores necesidades» explicó Suárez, que espera que la crisis no afecte a esta iniciativa y que se sigan destinando fondos para que la caravana procedente del Sáhara pueda regresar a Asturias.
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