jueves, 9 de agosto de 2012

Los cooperantes desafían al gobierno y viajan al Sahara


ABC 

Una treintena de cooperantes y responsables de asociaciones amigas del pueblo saharui parten este martes a Tinduf (sur de Argelia) desafiando las advertencias del Gobierno español sobre el riesgo de secuestro que persiste sobre el terreno. Este viaje es la respuesta a la repatriación llevada a cabo la semana pasada por el Ministerio de Exteriores de los españoles que trabajaban en los campamentos saharauis instalados en esa zona del desierto desde hace casi cuatro décadas. Exteriores ha tratado de disuadirlos en las últimas horas, pero no ha sido posible.

«Esta maniobra (la repatriación) pone en peligro la continuidad de los proyectos de cooperación en los campamentos de población refugiada saharaui, que depende totalmente de la ayuda exterior», advierte la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara (CEAS-Sahara). Igualmente pretenden «demostrar la confianza en las medidas de seguridad» desplegadas por el Frente Polisario y las autoridades argelinas, puestas especialmente en alerta desde que el pasado octubre dos cooperantes españoles y una italiana fueran secuestrados.

Uno de ellos es el mallorquín Enric Gonyalons, de la ONG vasca Mundubat, que ha decidido que no quiere trabajar en las oficinas a pesar de la durísima experiencia vivida durante nueve meses secuestrado por un grupo terrorista en el Sahel y ser liberado hace poco más de dos semanas. Su deseo es volver al terreno. Antes deberá recuperarse de la ruptura del fémur mal curada durante su cautiverio.
«Siempre habrá problemas de seguridad y si estos aumentan, pues se pone más seguridad», entiende Iñaki Markiegi, presidente de Mundubat, que ha decidido volver a mandar a sus tres cooperantes que mantenía sobre el terreno a los campamentos hasta que el Gobierno decidió la repatriación, que entiende que es voluntaria. Los tres desarrollan un proyecto financiado por la Unión Europea y «si no están allí presentes el dinero y el proyecto se acaban», añade Markiegi, que dice que «no es posible» desarrollar esas misiones humanitarias y de cooperación sin estar en los campamentos.

El Gobierno comparte con los cooperantes el deseo de que estos regresen allí, pero antes deben darse unas condiciones de seguridad que no se dan en estos momentos. Finalmente no ha habido acuerdo para que el viaje se lleve a cabo. Coincidiendo con la expedición que parte este martes CEAS lanza acusaciones contra el Gobierno que parecen ir más allá del problema de la seguridad y la cooperación. «La decisión del ministro también pretende acabar con los cientos de viajes que el movimiento solidario desarrolla a lo largo del año. Nosotros y nosotras se lo vamos a impedir», advierten en el comunicado.

El presidente de CEAS, José Taboada, se ha negado, en declaraciones a ABC en Barajas, a abandonar a los saharauis: «Entendemos que hay que mejorar la seguridad, por supuesto, en colaboración con el Frente Polisario, Argelia, España y las oenegés, pero eso no implica que abandonemos a los saharauis». «Creemos que el Gobierno se ha precipitado y les pedimos que rectifiquen», ha añadido.

Como denuncian los cooperantes, el trasfondo parece tener también tintes históricos. «Al abandono humanitario hay que añadir el político», se queja Markiegi. «La comunidad internacional no aborda el problema de fondo, el político, el del fin de la descolonización» que España dejó inconcluso yéndose en 1975 del territorio que desde entonces ocupa Marruecos y lanzando al desierto argelino a decenas de miles de refugiados que siguen sin poder regresar a sus casas.

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