jueves, 30 de agosto de 2012

La ría de Navia también es del Sahara


La Nueva España

Sus amigos de Navia le llaman en la intimidad «El tiburón del Sahara» y ayer se supo el porqué. Boceid es saharaui, tiene 10 años y este verano lo pasa en Asturias. Hace cuatro años que disfruta los meses de julio y agosto en España gracias a una familia de Ortiguera (Coaña). Con su familia asturiana visita a menudo la playa en su tiempo de veraneo.



«Le encanta», dice Noemí Fernández, su tutora española. Sus chapuzones y su desinterés por tomar el sol o jugar en la arena son conocidos en Navia. «Siempre quiere estar en el agua y no hay quien le saque de allí», destaca Noemí. Ayer vio de cerca el agua del mar Cantábrico, como cualquier día de playa, pero desde otra perspectiva: fue su primer día en la ría y a bordo de una pequeña embarcación de vela.

Boceid fue uno de los protagonistas de un plan organizado por el Club de Vela de Navia. Su presidente, José Manuel González, organizó como todos los años, y van cuatro, un taller de vela para colectivos especiales.

Cada año hay grupos distintos. De vela han aprendido los usuarios con limitaciones físicas y psíquicas de la Fundación Edes y los niños con enfermedades crónicas ingresados en el Hospital Central de Asturias, entre otros. «Este año pensamos en la comunidad saharaui. Queremos que sepan lo que es navegar, cómo se hace, qué tiene de especial este deporte y de mágica el agua de nuestra costa», explica González.

Hacerlo no fue difícil «porque es increíble lo atentos que están a todo». El grupo de saharauis, cinco niñas y un niño, aprendieron qué es un «optimist». El artilugio en el que navegaron procede de un pueblo de Estados Unidos, Clearwater. «Allí fueron los niños los que pusieron de moda estos modestos veleros», explicó José Manuel. «Para navegar, hace falta estar atento a todo lo que sucede a nuestro alrededor y pensar que tienes cerca una vela que mueve el viento». Boceid fue el primero en subir en uno de los botes y comprobar junto a su compañero de embarcación, Omar Alonso, que «Navia se puede ver desde otro lado».

Gabi tiene 8 años y pasa su primer verano en Navia. Ella fue la segunda del grupo en probar suerte y la sensación de estar sobre el agua y a bordo. «No tengo miedo, pero me mojo mucho», dijo a su hermana, Glana, de 11 años, y que visita Asturias por último año.

A los 12 años, estos niños dejan de venir a España para que sean los más pequeños los que disfruten de esta experiencia. De este verano, Glana se llevará, entre otros, el recuerdo de la vela y de la ría de Navia. Por ella navegó unas dos horas con sus compañeros. Antes asistió a unas lecciones de mínimos sobre este deporte que se practica todo el año en Navia gracias al club de vela del concejo.

Las fotos que hizo su familia española, pegada al pantalán y muy atenta a los movimientos de las cuatro embarcaciones, llegarán al Sahara pronto. Glana las tendrá cerca «para acordarme del agua y de las risas de todos».


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