El comercio - 14/4/2014
Los responsables de 'Vacaciones en Paz', el veterano programa con el que la Asociación Asturiana de Amigos del Pueblo Saharaui trae a Asturias, verano tras verano, a pequeños de entre 7 y 12 años procedentes de los campamentos de refugiados, están «muy preocupados».
Tanto la asociación como la Delegación Saharaui en el Principado acaban de realizar «un llamamiento urgente a las familias asturianas para que acojan en sus hogares, durante los próximos meses de julio y agosto, a 80 niños y niñas, de 9 y 10 años», porque la crisis «está pasando factura en todo el país y existe un serio peligro de que muchos de estos niños no puedan salir este año por falta de familias de acogida», explica Belén Cueva, una de las portavoces de Amigos del Pueblo Saharaui en el Principado.
Todos ellos están llamados a formar parte del contingente total de 260 menores que, si finalmente lo consiguen, está previsto que lleguen a Asturias la primera semana de julio para disfrutar de unas vacaciones con familias de la región como beneficiarios de un programa que la Delegación Saharaui para Asturias y la Asociación Asturiana de Amigos del Pueblo Saharaui vienen organizando de forma ininterrumpida desde hace 19 años y que ha sido seriamente tocado por los rigores económicos que atraviesan muchas familias españolas.
Y es que, cuentan, «la no consecución del objetivo de captación de esas familias necesarias para la acogida de esos niños y niñas significaría que esta población tan vulnerable perdería la oportunidad de conocer otra realidad distinta a la triste de los campamentos de refugiados, de beneficiarse de una alimentación variada rica en proteínas, de los correspondientes y necesarios controles médicos, así como de gozar de un clima más benigno que las altísimas temperaturas que deberían de soportar en el desierto durante estos meses de verano», donde pueden rebasarse los 50 grados.
Apelan a la probada solidaridad de los asturianos porque faltan ochenta acogedores para otros tantos pequeños. Y lanzan el mensaje en Gijón porque «es el concejo más solidario, con 60 niños acogidos cada año» que, recuerdan, «merecen aprender y disfrutar del intercambio cultural y, sobre todo, ser diagnosticados de posibles dolencias y acceder a tratamientos vedados en los campamentos por falta de recursos materiales».
Quienes ya han participado en el programa cuentan que «el enriquecimiento es mutuo». En 1976, España abandonó el Sahara Occidental y miles de personas fueron condenadas a sobrevivir exiliadas en el desierto argelino.
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