La Voz de Asturias - 14/11/11 - Pelayo G. Llanes - Gijón
Hace 35 años que el pueblo sahariano espera una solución a su conflicto. Más de tres décadas desde que España abandonase el territorio del Sáhara Occidental que fue ocupado poco después por Marruecos. Mientras esperan a que llegue la solución a este conflicto, el pueblo sahariano vive en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia), lejos de su país, olvidados por casi todo el mundo. Pero mucha gente hace lo posible por dar a conocer este problema, como los organizadores del Maratón del Sáhara, que el próximo mes de febrero cumplirá su edición número 12 y en la que estarán dos gijoneses, Rafael Peralta y Rubén Rodríguez, quienes cambiarán la arena de San Lorenzo por la del desierto.
Rafael Peralta es un atleta de fondo asturiano al que le rondaba por la cabeza hace tiempo colaborar de alguna manera con el pueblo saharaui. “Miramos varias opciones y, buscando, apareció esto, y cuando vimos que mezclaba el fondo, que es lo que nos gusta, y estar en el Sáhara Occidental, no nos lo pensamos mucho”.
La empresa deportiva no será fácil: 42 klilómetros entre los campamentos de refugiados de El Aaiun y Auserd-Smara por un terreno desértico y pedregoso con algunas zonas de arena aisladas. “Hicimos una maratón en arena en Portugal en julio, aunque no es la misma arena en el desierto que en la playa”, explicó Peralta, quien espera que al disputarse en primavera, el clima no resulte extremo, pero el año pasado, a los atletas participantes, “les pilló un siroco”, recordó, y cree que lo peor “serán las condiciones en las que estás allí. Sólo nos garantizan ducharnos un día, el de la carrera. Tendremos muy pocas comodidades y será, creo, el tema de la higiene lo más problemático”.
Una de las mayores preocupaciones es también la seguridad en la zona, sobre todo después del reciente secuestro de dos cooperantes españoles. “Mucha gente se echa atrás por este motivo”, comentó Peralta, quien cree que merece la pena acudir.
Solidaridad Las aportaciones de todos los corredores y el dinero recaudado de particulares o instituciones es íntegramente destinado al proyecto humanitario en los campamentos. Además, la organización también entrega en hospitales y colegios la colaboración en material aportada por empresas o particulares: medicamentos básicos, material escolar y también material deportivo.
Igualmente se cuida el entorno. Por eso no habrá botellas de plástico en los puestos de avituallamiento. En su lugar, los participantes encontrarán depósitos grandes de agua mineral, donde podrán beber con vasos de material biodegradable o rellenar su propia botella o camel-back.