viernes, 6 de septiembre de 2013

Noche de colchoneta y bocata antes de volar

La Nueva España - Carolina G. MENÉNDEZ - 06/09/2013

El polideportivo municipal de Piedras Blancas se transformó el miércoles por la noche en un improvisado albergue que dio alojamiento a los alrededor de setenta niños saharauis que no pudieron regresar a los campamentos de Tinduf, en Argelia, tras pasar dos meses de vacaciones en Asturias y Cantabria debido a la cancelación del vuelo a causa de la niebla. Los pequeños emprendieron la vuelta a su país ayer, a mediodía. Igualmente, un segundo grupo, éste de 160 niños, partió ayer, por la tarde, también rumbo a Argelia.


El avión de Air Algerie en el que iban a viajar el miércoles los pequeños tenía prevista su salida a las 20 horas. Previamente, esa misma nave debía aterrizar en el aeropuerto asturiano, misión que fue imposible de realizar dada la capa de niebla que ocultaba el cielo asturiano. Los reiterados anuncios comunicando el retraso del vuelo y la consiguiente cancelación obligó a los responsables de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui a poner en marcha el plan B previsto para este tipo de incidencias. Según señaló Hugo García, coordinador para Avilés y comarca del programa Vacaciones en paz, «hablamos con la alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina, para comunicarle lo sucedido y solicitarle el polideportivo; Cruz Roja, por su parte, nos facilitó mantas, sacos colchonetas y comidas».

La noche transcurrió con absoluta normalidad, comentó Hugo García. Antes de acostarse, los jóvenes cenaron unos bocadillos y por la mañana recuperaron fuerzas con un desayuno a base de leche con colacao y galletas. A continuación, un autobús los trasladó de nuevo al aeropuerto y a mediodía pudieron volar sin problema alguno.

Los pequeños estuvieron en todo momento atendidos por miembros de la Asociación Asturiana de Amigos del Pueblo Saharaui, la Cruz Roja, personal del Ayuntamiento de Castrillón y los propios monitores que les acompañaban. Además, los que disfrutaron de las vacaciones estivales en Santander y que llegaron al aeropuerto con sus familias de acogida pasaron con ellas la última noche. Por su parte, los que permanecieron en distintos puntos de la geografía asturiana ya se habían despedido de sus progenitores a media tarde en el complejo deportivo del Quirinal, de donde partió la expedición rumbo al aeropuerto. Aún así, algunas familias, al conocer la cancelación del vuelo acudieron a recogerlos para llevarlos a casa y volver a entregarlos ayer por la mañana.

El comportamiento de los niños fue ejemplar en todo momento, manifestó Hugo García, que añadió cómo alguno manifestó su preferencia por permanecer en el polideportivo con sus amigos en vez de acompañar a su familia de acogida a casa. «Estaban tan contentos de reencontrarse que querían jugar y dormir juntos».

Mientras el primer grupo volaba ayer rumbo a Argel, el segundo, mucho más numeroso, se preparaba para las despedidas. Por segundo día consecutivo, en el centro deportivo del Quirinal se sucedieron las muestras de tristeza ante el adiós inminente. Ojos llorososos, caras tristes y muchos besos y abrazos mostraban el cariño que con el tiempo fue creciendo en los corazones de los niños saharauis y sus tutores de verano. Los adultos intentaban ocultar su pena para no entristecer a quienes atendieron como hijos; los pequeños, por su parte, decían no querer irse: el verano en Asturias supuso para ellos un tiempo de paz y abundancia.

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