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«Gracias, gracias, gracias». Por tres veces el presidente saharaui, Mohamed Abdelaziz, ha querido agradecer la presencia de la delegación española en los campamentos de refugiados del sur del Argelia pese a las advertencias del Gobierno español de un secuestro inminente.
Varios centenares de personas han aplaudido el momento en el que el líder independentista, vestido de militar, se ha abrazado sobre un estrado a las dos decenas de españoles amigos de la causa saharaui.
El Frente Polisario insiste en que las medidas de seguridad actuales son suficientes para hacer frente a la amenaza, pero es consciente de que las autoridades españolas han tratado de evitar que el viaje se produzca.
El presidente, como en otras ocasiones, ha aprovechado su discurso para señalar a Marruecos como principal causa de los males de su pueblo. «La resistencia continuará» frente al «terrorismo marroquí», ha dicho Abdelaziz al auditorio en un abarrotado salón en la sede del Ministerio de Cultura en Rabuni, capital administrativa de la zona que controla el gobierno saharaui al sur de Argelia.
Rabuni, capital administrativa del Gobierno saharaui, acoge desde primeras horas del miércoles a la delegación española llegada para tratar de demostrar que el Gobierno español ha creado una alarma excesiva y para dar su apoyo a los saharauis y a las medidas de seguridad desplegadas.
El grupo, que permanecerá en la zona de los campamentos de refugiados saharauis hasta el viernes, se mueve en todo momento acompañado por una escolta armada del Frente Polisario. En Rabuni es donde en la noche del pasado 22 de octubre fueron secuestrados tres cooperantes, los españoles Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons y la italiana Rosella Urru.
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